“Hijo, lávate las manos para sentarte a la mesa. Tocaste dinero cuando fuiste a comprar el pan”. Han pasado las décadas y todavía recuerdo las palabras de mi madre, como un latiguillo, cada vez que me llamaba a almorzar. Pues ahora mi madre seguramente me diría: “hijo, lávate las manos, tocaste el celular”, ya que, según un estudio reciente de la Universidad de Barcelona, España, y aunque parezca mentira, puede haber 30 veces más bacterias en el display de un móvil que en un inodoro limpio. En un celular pueden coexistir 600 bacterias diferentes, contra 20 de un inodoro limpio y desinfectado.
La científica Maite Muniesa, del departamento de Microbiología de aquella casa de altos estudios, sostiene que “no es lo mismo una superficie limpia que una descontaminada”. El estudio mencionado se hizo por encargo de una empresa que se dedica a la industria de los limpiadores hogareños de una conocida marca que se comercializa en la Península. Tengamos en cuenta que uno puede tener limpia la pantalla, pero esto se hace con un paño que a lo mejor está contaminado con miles y miles de bacterias. Y a veces, ni siquiera se lo hace. Uno toca el smartphone con las manos sucias, con las que ha tocado dinero, picaportes, saludado a personas en la calle, se ha apoyado en el pasamanos de la escalera mecánica o se ha tomado de las asas de los vagones del tren. Son casi infinitas las situaciones de la vida diaria que nos contaminan, y nunca estamos con un frasco de desinfectante en la mochila o en la cartera.
Según el trabajo científico, la lista de los objetos más contaminados de un hogar comprende, de mayor a menor, un inodoro no limpio, los trapos de cocina, el fregadero, las bañeras y heladeras, los cepillos de dientes y los vasos, suelos, tablas de cortar, aparatos tecnológicos (como controles remotos, teclados, tablets, celulares, etcétera), los muebles y, por último, los juguetes.
Por supuesto, estas son solo consideraciones estadísticas, todo dependerá de cada hogar y del grado de responsabilidad que pongamos sus habitantes para tener más sano el lugar donde transcurre nuestra vida.
