La mítica banda Iron Maiden brindó un histórico concierto en El Salvador. Miles de salvadoreños abarrotaron el Estadio Mágico González para corear sus canciones.

Este 6 de marzo de 2016 pasó a la historia. Fue un verdadero privilegio para los salvadoreños, disfrutar del talento y la calidad del espectáculo de la doncella.

Iron Maiden hizo vibrar el Mágico González de principio a fin. “The Book of Souls World Tour” imprimió su huella en los millares de metaleros que tiñeron de negro el estadio.

Al filo de las 9:15 de la noche, la banda británica enloqueció a sus fanáticos centroamericanos reunidos en el coliseo de la Flor Blanca.

Un público multigeneracional se dejó oprimir con un setlist arriesgado, como ya es costumbre de los británicos. Aquellos que esperaban un recorrido por los grandes hits de la banda, pudieron verse defraudados.

No así, con el espectáculo de luces y efectos teatrales, en el que Eddie The Head fue el gran protagonista. Monumental.

Los metaleros escucharon a un Bruce Dickinson renacido. Su fuerza, su energía y esas notas altas que lo han inmortalizado vibraron, como si jamás hubiese enfrentado un cáncer de garganta.

Allí se escucharon “The Book of Souls”, “If Eternity Should Fail”, “Speed of Light”, “Children of the Damned”, “The Trooper”, “Powerslave”, “Fear of The Dark” y “Hallowed be Thy Name”, entre otros temas.

Antes, Anthrax hizo lo suyo con esa velocidad y energía que los caracteriza. La banda de rock melódico del hijo de Steve Harris, The Raven Age, también probó un poco de ese tsunami metalero. Araña nos representó dignamente.

Ese mar de rockeros demostró al mundo que en Centroamérica estamos vivos y no nos damos por vencidos. “En medio de las camisetas negras, nos sentimos más seguros que en Guatemala”, expresaron los guatemaltecos José Antonio y Christian Dubón, que vivieron una odisea para encontrarse con la Dama.